"In Memoriam"
Sexta Parte
1989 y La Tablada
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Índice de la sexta parte |
(Las partes subrayadas contienen link directo) |
- Ataque al Regimiento de Infantería Mecanizado 3, General Belgrano y Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 1, con asiento en La Tablada el 23 de enero de 1989: + Mayor Horacio Fernández Cutiellos (h); + Teniente Ricardo Alberto Rolón; + Sargento Ayudante Ricardo Raúl Esquivel; + Sargento Ramón Wladimiro Orué; + Cabo Primero José Gustavo Albornoz; + Soldado Héctor Cardozo; + Soldado Martín L. Díaz; + Soldado Roberto T. Taddía y + Soldado Julio D. Grillo |
- Documentos capturados |
- Editoriales: |
- La Nación, 25/1/1989: Panorama desolador despues del final |
- Clarín: 25/1/1989: El retorno de la subversión |
- La Nación, 26/1/1989: El desafío más grave y decisivo |
- Revista Gente, 26/1/1989: Reconocimiento |
- Revista Gente, 26/1/1989: Otra vez el ERP |
- Clarín, 29/1/1989: Ante otro país de Joaquín Morales Solá |
- La Prensa, 5/2/1989: Después de la batalla, por Horacio Mayorga |
- Revista Gente, 29/2/1989: |
- Carta abierta a un padre que sufre |
- El Times enjuicia a la subversión terrorista argentina |
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Ataque y compamiento del Regimiento de Infantería Mecanizado 3
General Belgrano y del Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 1,
con asiento en La Tablada el 23 de enero de 1989
El 23 de enero de 1989, siendo las 06:15 hs. un grupo de aproximadamente 45/50 personas, entre las cuales se incluían varias mujeres, irrumpió en los cuarteles de la unidad y subunidad señaladas, tras embestir y derribar el portón de entrada de la guarnición, utilizando un camión de transporte de gaseosas que había sido robado minutos antes y cinco o seis automóviles. En dicha operación inicial fue asesinado el soldado apostado en esa entrada sin que tuviese la oportunidad de hacer uso de su arma reglamentaria. Acto seguido fue tomado el local de la guardia de prevención, permaneciendo en él varios subversivos, mientras el resto ingresaba con los vehículos al interior del cuartel.
En esta operación participaron dos grupos debidamente identificados: uno que ingresó al cuartel en la forma ya indicada y otro, no identificado, que actuó fuera de las instalaciones militares, en actividades de hostigamiento (francotiradores), como así también en agitación popular y apoyo sanitario, llevadas a cabo por personal mimetizado entre la población civil que rodeaba a los cuarteles.
Las acciones posteriores tuvieron como objetivos prioritarios, además de la tarea inicial de la guardia de prevención, apoderarse de las instalaciones de la plana mayor de la unidad de infantería, los casinos (oficiales y suboficiales) y una o más subunidades, con la finalidad de sustraer armamento y municiones.
Inicialmente sólo pudieron concretar la toma del edificio de la plana mayor, donde fue asesinado el 2do. jefe del Regimiento 3, mayor Horacio Fernández Cutiellos y del casino de suboficiales, en el que mantuvieron como rehenes un número importante de suboficiales y soldados.
Debido a los escasos efectivos que se encontraban en el cuartel como consecuencia de la licencia anual y a la hora en que se produjo el ataque, oportunidad en que el personal aún no había regresado del franco de fin de semana, el grupo terrorista logró el copamiento de la unidad militar en un reducido lapso, explotando el factor sorpresa y la capacidad de fuego con que contaban.
El concepto de esa operación, planeada y comandada desde fuera de las instalaciones militares por Enrique Gorriarán Merlo, fue claramente determinado por la documentación secuestrada durante y después de las acciones de recuperación de las instalaciones militares, entre la cual se encontraba la proclama inicial que pretendían difundir por emisoras radiales, previo copamiento de éstas; una segunda proclama en la cual se instrumentaba un plan de emergencia luego que el "gobierno del pueblo" accediese al poder.
En dicho plan se incluía la disolución de las FF. AA. y su reemplazo por las milicias populares; por último, una serie de comunicados en los cuales se detallaban las organizaciones políticas, gremiales, estudiantiles y educacionales que se adherían al movimiento insurreccional subversivo y a la toma del poder nacional.
Consolidada la primera fase de la operación (toma del cuartel) comenzaría la fase agitación popular con la ayuda de altavoces que poseía el grupo de apoyo externo, justificando su actitud de que la toma de la unidad militar era para desalojar a rebeldes adictos al ex teniente coronel Rico y al coronel Seineldín que tenían el propósito, según el grupo subversivo del Movimiento Todos por la Patria (MTP), de dar un golpe de estado. Para ello, los terroristas tenían impreso una gran cantidad de falsos volantes en los cuales los citados militares llamaban a la rebelión contra el Gobierno de la Nación. Dichos panfletos también fueron secuestrados al grupo atacante junto con el resto de la documentación ya indicada.
A partir de lo planificado y con posterioridad a la toma del cuartel, la agitación popular que pretendían lograr estaba destinada a convocar una marcha multitudinaria, desde varios puntos de la Capital Federal, Gran Buenos Aires y aun del interior del país, para dirigirse a Plaza de Mayo y ocupar la Casa Rosada. Ésto se haría para evitar el supuesto golpe de estado de Seineldín y de Rico.
Si esta operación hubiera tenido éxito, igual actitud se habría adoptado en otras zonas del país, particularmente en Rosario y Córdoba, lugares donde se comprobó que existían grupos similares al que actuó en La Tablada el 23 de enero.
La reacción inicial de la Policía de la Provincia de Buenos Aires que de inmediato estableció un cerco de las unidades tomadas, y el progresivo regreso de personal franco destinado a la unidad y subunidad del cuartel que por la parte posterior accedió al empleo de algunos vehículos blindados estacionados en las instalaciones correspondientes, impidieron concretar la parte inicial del plan subversivo previsto que, sintéticamente, consistía en tomar la unidad, apoderarse de armamento y munición, distribuir los supuestos panfletos de Seineldín y Rico y posteriormente retirarse del cuartel para iniciar la segunda fase: agitación popular.
A esta altura de los acontecimientos, encontrándose cercados los elementos subversivos, el Estado Mayor General del Ejército, con autorización del Sr. presidente de la Nación, Dr. Raúl Alfonsín, ordenó el traslado y posterior empleo de efectivos militares y de Gendarmería Nacional bajo las órdenes de un comando unificado, en la persona del general de brigada Alfredo Arrillaga, quien se desempañaba como Inspector General del Ejército.
Las acciones militares se llevaron a cabo durante todo el día 23 y hasta las 10:30 hs. del día 24 de enero, oportunidad en que, ya abatidos la mayor parte de los subversivos que siguieron combatiendo hasta la hora indicada, se materializó la rendición de 14 de ellos, uno de los cuales (una mujer) falleció a los pocos minutos como consecuencia de las heridas recibidas. Junto con esta rendición se produjo la liberación de los rehenes (suboficiales) que mantenían en su poder los integrantes del MTP que aún permanecían con vida.
Por expresa orden del Presidente de la Nación, el personal detenido fue puesto a disposición del juez federal correspondiente, Dr. Larrambebere, quien de inmediato se hizo presente en el lugar de los hechos.
El saldo de muertos de propias tropas fue de nueve integrantes del Ejército Argentino y dos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
La cantidad de heridos y mutilados alcanzó a treinta y siete hombres, algunos de ellos de suma gravedad y otros con lamentables mutilaciones corporales (pérdida de ambas piernas, pérdida de un ojo, etc.).La identificación de muertos y detenidos, secuestro de documentación, armamento y munición utilizada -en su mayoría de origen ruso y chino- y gran cantidad de bibliografía y material ideológico capturado a los subversivos, permitieron determinar fehacientemente que el grupo, integrado en su mayoría por el Movimiento Todos por la Patria (MTP), era un desprendimiento del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), liderado por Enrique Gorriarán Merlo y con la participación, en este operativo, de elementos pertenecientes a las siguientes organizaciones:
Partido de la Liberación (PL)
Movimiento de Liberación 29 de Mayo (ML-29)
Montoneros (Columna Sur-Oeste)**************************************
Personal militar fallecido
en la recuperación de los cuarteles de La Tablada
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Horacio Fernández Cutiellos (h)
Nació el 27 de setiembre de 1951, en la provincia de Corrientes. Ingresó al Colegio Militar de la Nación el 1º de marzo de 1968, y egresó como subteniente de infantería el 17 de diciembre de 1976. Cursó la Escuela Superior de Guerra de donde egresó como Oficial de Estado Mayor. Además tenía la especialidad de paracaidista militar.
Estaba casado con la señora Liliana Inés Raffo y era padre de cuatro hijos.
Su último destino fue como 2do. jefe del RI Mec. 3, lugar donde fue asesinado el 23 de enero de 1989. Fue ascendido post mortem al grado de teniente coronel.
Ni bien se inicia el ataque al cuartel, el mayor Fernández Cutiellos, que había pernoctado en la plana mayor de la unidad, al tomar conocimiento de lo que estaba ocurriendo comienza a disparar contra los subversivos que podía observar. Esta actitud llevada a cabo desde la jefatura de la unidad, impidió la toma de la compañía comando y del edificio de la plana mayor.
Siendo aproximadamente las 07:20 hs. logra comunicarse con el jefe del regimiento, teniente coronel Jorge Luis I. Zamudio y le informa que el ataque al cuartel está siendo llevado a cabo por elementos subversivos. Dicho jefe, desde su domicilio, se comunica telefónicamente con el CENOPE (Centro de Operaciones del Ejército del EMGE) enterándolos de la situación y de inmediato se traslada a la zona del cuartel. Conjuntamente con otros oficiales y suboficiales que regresaban de franco ingresan por los fondos del cuartel para intentar la recuperación. En horas de la tarde, aproximadamente a las 14:30 horas, el teniente coronel Zamudio mientras intentaba reconocer a pie la entrada lateral del casino de suboficiales, ocupado por los subversivos, es herido gravemente por un disparo en la espalda.
Mientras estas acciones se llevaban a cabo el mayor Fernández Cutiellos efectúa desplazamientos para poder continuar el fuego hacia la guardia de prevención, en poder de los subversivos. Encontrándose en la entrada principal de la jefatura, que da a la plaza de armas, fue alcanzado por un disparo en la espalda, cayó hacia adelante, donde fue ultimado por un disparo de Itaka en el rostro. Con su actitud había impedido, hasta el momento de su muerte, que los terroristas accedieran al edificio de la jefatura, donde se encontraba el centro de las comunicaciones alámbricas y radiales.
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Teniente
Ricardo Alberto Rolón
Nació en la ciudad de Buenos Aires el 11 de diciembre de 1963. Ingresó al Colegio Militar de la Nación el 16 de febrero de 1982, y egresó como subteniente de infantería el 13 de diciembre de 1985.
En el grado de teniente realizó el curso de comandos obteniendo dicha especialidad.
Su último destino fue la Compañía de Comandos 601 con asiento en Campo de Mayo.
Fue ascendido post mortem al grado teniente 1ro.. El citado oficial era de estado civil soltero.
Durante la noche del 23 al 24 de enero, aprovechando la oscuridad, el teniente Rolón conjuntamente con personal de su compañía, utilizando un vehículo blindado logran acercarse al casino de suboficiales, último reducto de los terroristas que aún combatían. Logran acceder al primer piso y al tratar de irrumpir en el dispositivo de los subversivos es descubierto y abatido por un nutrido fuego de armas portátiles. Su cuerpo gravemente herido es recuperado por el personal que lo acompañaba y evacuado al Hospital Militar Central, donde fallece.
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Sargento ayudante
Ricardo Raúl Esquivel
Oriundo de la provincia de Santa Fe había nacido en la ciudad de Rosario, su último destino fue el Colegio Militar de la Nación.
Estaba casado con la señora Ana María Bessone y tenía un hijo. Fue ascendido post mortem al grado de suboficial principal
En oportunidad que se trataba de recuperar una compañía en poder de los subversivos, el sargento ayudante Esquivel participaba de dicha acción. Ante la imposibilidad de que una ambulancia que transportaba dos heridos pudiese cruzar la zona en la cual se estaba combatiendo, el citado suboficial se hizo cargo de dicho traslado al puesto de socorro, circunstancia en que recibe un disparo que le ocasiona la muerte.
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Sargento
Ramón Waldimiro Orué
Nació en la provincia de Formosa. Tenía la especialidad de comando y al producirse el hecho en La Tablada revistaba en la Compañía Comando 601 con asiento en Campo de Mayo, subunidad que participó activamente en la recuperación de las instalaciones
Era casado y no tenía hijos. Fue ascendido post mortem al grado de sargento 1ro.
El sargento Orué formaba parte del cerco instalado en la noche del 23 al 24 de enero, alrededor del casino de suboficiales donde aún permanecía un importante grupo de terroristas tratando de resistir el ataque de propia tropa. Dos subversivos tratan de huir del lugar, el sargento advierte la maniobra, los intercepta y se produce un intercambio de disparos. Los dos delincuentes terroristas son abatidos y el sargento Orué es herido de gravedad. Se lo trasladó al Hospital Militar Central. Luego de varios días de sufrimiento, falleció el 2 de febrero de 1989.
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Cabo Primero
José Gustavo Albornoz
Nació en la Capital Federal y falleció cuando sólo contaba 24 años. A su egreso de la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral como cabo de infantería, fue destinado al RI 8 con asiento en Comodoro Rivadavia, donde prestó servicios durante tres años. Posteriormente fue destinado al RI Mec. 3, lugar donde murió combatiendo contra el grupo subversivo del MTP que copó la unidad.
Estaba casado y era padre de un hijo de apenas un mes de vida.
Al iniciarse el ataque a la guardia de prevención, ya en poder del grupo subversivo, con la finalidad de rescatarla, el cabo 1ro. Albornoz, con personal de la guardia que tenía como misión resguardar el polvorín de la unidad, se adelanta a su fracción, siendo sorprendido por el fuego de los terroristas que le producen la muerte. Ante esta situación los soldados se repliegan hacia las caballerizas y parque de automotores, oportunidad en que también es alcanzado por el fuego enemigo el soldado Grillo, produciéndole la muerte.
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Soldado clase 1969
Héctor Cardozo
Revistaba en el RI Mec. 3. Mientras permanecía como rehén en el casino de suboficiales tomado por los elementos subversivos, el fuego de artillería de propia tropa produjo el derrumbe de una pared que lo aplastó produciéndole la muerte. En tal circunstancia el soldado Cardozo estaba socorriendo a otro soldado que se encontraba herido y que no podía desplazarse, dada la confusión reinante entre los terroristas como consecuencia del intenso fuego que estaban recibiendo.
Posteriormente el cuerpo del soldado Cardozo fue utilizado como escudo por los subversivos que aún permanecían en el casino.
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Soldado clase 1969
Martín l. Díaz
Pertenecía al RI Mec. 3. Desempeñándose como centinela apostado defendió su puesto hasta ser abatido por el grupo terrorista con un disparo en el pecho.
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Soldado clase 1969
Roberto t. Taddía
También pertenecía al Regimiento y al producirse el ingreso de los atacantes por la guardia de prevención mediante el empleo de varios vehículos, el soldado Taddía se encontraba barriendo las inmediaciones de dicha dependencia. Fue asesinado mientras tenía una escoba en la mano. Fue el primer muerto de La Tablada.
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Soldado clase 1969
Julio d. Grillo
Revistaba en el RI Mec. 3. Formaba parte de una patrulla que trataba de evitar que el parque de automotores donde estaban los vehículos blindados cayese en poder de los atacantes; recibió un impacto de bala efectuado por éstos lo cual le produjo la muerte.
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Documentos capturados
Proclama del MTP a difundir en el caso que tuviese éxito la primera fase de la operación.
Proclama del grupo subversivo MTP que darían a conocer a través de emisoras radiales.
El ejército de Seineldín y Rico, se sublevó de nuevo. Quieren dar un golpe de estado. Quieren asesinar a todos los que no aceptan vivir bajo las botas. En la medianoche de hoy, los carapintadas se sublevaron en el Regimiento Tres de Infantería de La Tablada. Allí se preparaban y habían empezado a marchar contra la Casa Rosada. Iban a asesinar a todos los que se le opusieran. Como ya mataron a más de 30 mil compatriotas durante la dictadura militar. Todos sabían que los milicos conspiraban y preparaban esto. Pero nadie hacía nada en concreto para pararlos.
Ya estamos hartos de la prepotencia de los milicos. Hartos de sus crímenes y de sus robos, que después tenemos que pagar todos. Hartos que nos impongan la injusticia social. Hartos de que no nos dejen vivir en paz. El pueblo se alzó contra ellos. El pueblo de los alrededores de La Tablada ya ha recuperado el cuartel sublevado. Lo dirige este Frente de la Resistencia Popular que se formó allí mismo. Tomamos las armas de los amotinados y les incendiamos su cuartel. Basta de milicos asesinos. En Semana Santa, en Villa Martelli, cantábamos: "Si se atreven les quemamos los cuarteles". Los milicos empezaron de nuevo, y esta vez sí les quemamos el cuartel de La Tablada
Como siempre en la historia de la Patria, el pueblo hizo verdaderas proezas. Al saber que los carapintadas lo habían tomado, el pueblo entró en masa al cuartel. Mujeres, jóvenes, hombres del pueblo atacaron con revólveres, con escopetas, con piedras y palos. Hicieron trincheras, tiraron bombas molotov. Frente a tanto heroísmo, algunos de los soldados y algunos suboficiales dieron vuelta sus armas y junto al pueblo participaron de la ejecución de los oficiales traidores.
Una columna de carapintadas había salido del cuartel con rumbo a la Casa de Gobierno. Pero el pueblo armado levantó barricadas y luego la aniquiló.
Ahora es el pueblo el que ha ocupado la casa Rosada. Vamos a impedir que Seineldín, Rico y los otros traidores den el golpe de Estado. Vamos a impedirles que remachen la injusticia social, que le impongan más hambre todavía al pueblo. Vamos a impedirles repetir lo que hicieron en el 30, en el 55, en el 66 y en el 76.
El pueblo quiere un nuevo sistema de libertad y de justicia social. Sin milicos asesinos, ni políticos corruptos, ni ladrones de la patria financiera. Vamos a formar un verdadero gobierno del pueblo. Para que no se avergüence y no arruge ante los militares. Ni de cuatro ladrones de las mesas de dinero, que se hacen ricos a costa de nuestro sudor. Vamos a hacer un gobierno del pueblo que garantice el trabajo, la producción y la dignidad de la inmensa mayoría de los argentinos. Vamos a terminar con este Ejército que no sirve para nada, que sólo tiene coraje con la picana eléctrica en la mano y se caga y se rinde ante los ingleses en Malvinas. Vamos a terminar con este Ejército que sólo sirve para esclavizarnos y para asesinarnos. El gobierno del pueblo declara disuelto el Ejército profesional y traidor. Ahora lo reemplaza el pueblo en armas. Los soldados y suboficiales únanse al pueblo; ejecuten a sus oficiales traidores. O váyanse de los cuarteles. El que se quede en un cuartel está con los verdugos del pueblo.
Este Frente de la Resistencia Popular exhorta a todos a cumplir con el artículo 21 de la Constitución Nacional, que manda: "Todo ciudadano está obligado a armarse en defensa de esta Constitución". Vamos a armarnos a los cuarteles y a terminar para siempre con esta lacra. Vamos a imponer para siempre en la Argentina la soberanía del pueblo, sólo la voluntad del pueblo. No hay nada por encima de ella en la Nación. Vamos a la Plaza de Mayo para empezar una nueva Argentina, sin milicos traidores y asesinos. Sin políticos corrompidos.
Vamos pueblo argentino, con dignidad y sin miedo, que somos más fuertes que ellos y que la historia nos da la razón. Vamos a Plaza de Mayo. Llamamos a todos, a todos:
a las madres que no quieren ver de nuevo caer a sus hijos bajo la represión o desaparecidos, ni vendidos por jefes cobardes en otra guerra como la de Malvinas;
a los jóvenes que no pueden estudiar ni trabajar porque el actual sistema no les da cabida y sólo se acuerda de ellos para perseguirlos en los barrios o asesinarlos;
a los jóvenes que estudian o trabajan, pero saben que no tienen ningún futuro; que el título que obtengan no les va a servir para nada y que van a tener que trabajar como esclavos para mal vivir;
a los trabajadores que viven cada vez más en la miseria, amargados porque no pueden hacer vivir con dignidad a su familia, no la pueden alimentar ni vestir bien, que gastan gran parte de su salario sólo en viajar, que no pueden pagar la luz, que ahora tampoco tienen, que ven a sus hijos expuestos a las enfermedades, morir por el agua contaminada, que viven desesperados porque sus fábricas cierran mientras se enriquecen los ladrones, la mafia de las mesas de dinero;
a los desocupados, que necesitan trabajar para poder cuidar de su familia, para poder ser seres humanos;
a los jubilados, que después de trabajar toda la vida reciben una jubilación o una pensión de hambre, y que quieren pasar con decoro sus últimos años;
por nuestro hijos, que necesitan crecer con afecto y seguridad, para no heredar toda esta tremenda injusticia;
a los industriales nacionales, que se ven absorbidos por las grandes corporaciones, por los monopolios y que están ahorcados por las altas tasas de interés;
a los productores agropecuarios, que reciben una paga miserable por su producción y que son explotados por los intermediarios, que se enriquecen a costa del duro trabajo del hombre de campo;
a los habitantes de los asentamientos, que les niegan el techo y la tierra para levantar una casa para su familia;
a los comerciantes, que son víctimas de los precios abusivos de los intermediarios y los monopolios que dominan el mercado;
a los profesionales y técnicos, que necesitan que el país se desarrolle para prestar sus servicios y vivir con honradez;
a los intelectuales y artistas, a los que los milicos siempre les quitan la libertad para expresarse en sus canciones, sus películas, sus libros y sus pinturas;
a todos, a todos los que quieren vivir en paz para siempre, con justicia social y con libertad garantizadas para siempre;
a todos, a todos los convocamos a reunirse en Plaza de Mayo para imponer el gobierno del pueblo; a rodear los cuarteles, cortarles el agua y la luz; impedir que los milicos asesinos salgan de ellos, levantar barricadas, controlar las calles y los barrios, hacerse cargo del poder en todas partes, unidos contra el golpe de Estado, unidos por la justicia social y la libertad.
Además de esta proclama, que nunca pudo ser difundida, tenían previsto un comunicado con las adhesiones que irían recibiendo; un plan de emergencia económica y otros comunicados, entre los cuales figuraba la disolución del Ejército Argentino, y la creación de las milicias populares del Frente de Resistencia Popular.
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Editoriales
La Nación 25 de Enero de 1989
Panorama desolador después del final
Sólo quedaban cuerpos mutilados, municiones dispersas y edificios destruidos donde se había desarrollado un cruento combate.
A las 14,30 (23-1-89) ya había sido abierto el tránsito a los vehículos particulares por la avenida Crovara que pasa por delante del Regimiento. Ese detalle y los innumerables curiosos que se comenzaron a congregar por centenares delante de las cámaras de televisión y frente al alambrado del cuartel, pese al agobiante calor, eran los signos de que las dramáticas horas vividas ya habían quedado atrás.
Distribuidos en varios grupos y acompañados por el jefe de prensa del Estado Mayor General del Ejército, coronel Roque Troiano, los periodistas realizaron una luctuosa visita al lugar, minutos después de que el presidente Alfonsín se retirara de allí.
Participaron en la invasión aproximadamente cincuenta delincuentes. Más de veinte fueron abatidos y hay unos diez detenidos. Desconocemos si algunos lograron escapar. Entre el armamento encontrado hay granadas de origen soviético.
En el pasillo que forman esas dos construcciones estaban los cuerpos de tres atacantes abatidos: dos hombres y una mujer. A pesar de las horas transcurridas y del estado de descomposición en que habían entrado los cadáveres, podía calcularse que las edades oscilaban entre los 25 y 30 años.
Los vehículos con que habían ingresado los agresores al cuartel estaban literalmente aplastados, ya que las tanquetas les habían pasado por arriba. La mayoría tenían los baúles repletos de panes de trotyl y de proyectiles antitanques.
Había cinco Renault 12, una camioneta Ford y un Ford Falcon incendiados. También estaba el camión de reparto de gaseosas con el frente totalmente destruido y con el que habían roto el portón de la entrada principal de la unidad militar.
Los edificios de la guardia principal y donde están los calabozos fueron también escenario de las escenas más violentas. Después de los disparos de grueso calibre y con las bombas incendiarias, los dos lugares se incendiaron completamente. Adentro yacían en una habitación los cuerpos de tres personas calcinadas, ubicados uno al lado del otro.
El coronel Troiano confirmó que el segundo jefe de la unidad, el mayor Fernández Cutiellos, tuvo una actuación realmente heroica, tal como se había dicho en la crónica de anteayer. Indicó que repelió la agresión, pero que después de haber caído herido fue liquidado por los subversivos con un balazo en la garganta.
El teniente coronel Jorge Echezarreta acompañó a Fernández Cutiellos en los últimos momentos de su vida. "Lo llamé como lo hacía siempre, por su apodo. Me acerqué y me tomó la mano fuertemente al tiempo que levantaba el pulgar de la otra mano para darme a entender que todo estaba bien", dijo el militar con la cara crispada por la emoción.
"Tenía burbujas de sangre que le salían por la cara y poco después murió", dijo Echezarreta.
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Clarín Editorial, 25 de enero de 1989
El retorno de la subversión
Como una pesadilla recurrente, la subversión volvió a irrumpir el lunes con estrépito en la escena política argentina.
Los hechos ocurridos en una unidad militar de La Tablada, cuando un grupo de sediciosos copó a sangre y fuego las instalaciones y las retuvo con armas sofisticadas contra la policía provincial y efectivos del Ejército, constituyen un episodio confuso. Pero indudablemente forma parte de la crónica de la subversión, esa crónica que creíamos cerrada para siempre en el país. Se trató, además, de un episodio de inusitada crueldad por los métodos usados en el combate. Y demencial, pues nadie advierte cuál pudo ser en definitiva su propósito ni su objetivo. Todo lo cual no impide que pueda ser apreciada claramente su importancia. Habrá, evidentemente, un antes y un después del 23 de enero.
La guerrilla parecía sepultada tres lustros atrás. ¿Por qué renace? Esta pregunta y sus posibles respuestas llenarán el análisis político de las próximas semanas. Entretanto, sorprende que el Gobierno no haya podido vislumbrar la magnitud del riesgo que se aproximaba y alarma que los insurrectos hayan podido exhibir una libertad tan amplia para agruparse, entrenarse, aprovisionarse y atacar.
La realidad ha mostrado que había una guerrilla esperando en las sombras para operar. Ante ello, será del caso replantearse con todo cuidado el papel de las Fuerzas Armadas en casos de conmoción interna. Es otro tema para el debate próximo. Lo que sí está claro es que necesitamos Fuerzas Armadas integradas a la Nación y conscientes de su dignidad.
Repitámoslo: la Argentina necesita de un gobierno democrático y representativo, consagrado a los fines nacionales. Necesita Fuerzas Armadas preparadas para defender la soberanía en forma idónea e integradas al cuerpo de la Nación.
Declaraciones del vocero presidencial
Sr. José Ignacio López
24-I-89
1. Antes de la visita del Dr. Raúl Alfonsín a La Tablada (11:30 hs)
El "Frente de la Resistencia Popular" sería quien se atribuye esta operación, fundamentando a través de lo que permito calificar, desde ya, como una patraña y una novela. Aparentemente, una operación destinada según se lo pretende hacer creer a defender la Constitución por esta vía inaceptable, como si la Constitución ayer hubiera estado en peligro por vía de otros elementos a quienes allí se les pretende atribuir la responsabilidad que no ha existido en ningún momento, al menos, en la situación de ayer.
Porque allí, como ustedes los habrán visto por alguna comunicación que ha obtenido ayer alguna agencia de noticias, se pretendía hacer creer como que se estaba en vísperas de un golpe y que esto se hacía para salvar a los argentinos de un golpe.
Esta es una patraña, una novela.
2. Al regreso de la visita presidencial (17:00 hs)
Periodista: ¿Qué nos puede decir de la visita?
Vocero Presidencial: Éstas son situaciones en las que uno debe confesar que no tiene palabras; no tengo palabras para expresar lo que acabo de ver. Es realmente muy difícil tratar de exteriorizar el sentimiento que a uno le provoca ver la demencia puesta en acción.
Ahí vemos lo que puede la alucinación si es que se puede emplear esta palabra para calificar de alguna manera este ataque a mansalva, esta entrega de vidas, esta muerte.
Realmente, los argentinos, creíamos que ya habíamos pagado la cuota de dolor y sangre que toda la sociedad está pagando para construirse. Realmente creo que esto nos puede llenar de estupor y también nos debe estimular el coraje, la decisión, la valentía, la disposición de esos hombres de las Fuerzas Armadas, del Ejército y de las Fuerzas de Seguridad: esos hombres, con cara pintada y sin cara pintada, que se dispusieron a dar la vida para que nosotros podamos seguir viviendo en libertad.
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La Nación Editorial del 26 de enero de 1989
El desafío más grave y decisivo
El Presidente de la República expresó en su mensaje de anteayer por la noche que los episodios vividos en La Tablada constituyen "el desafío más grave y decisivo de mi gobierno". El doctor Alfonsín reconoció también, sin medias tintas, que el país se encuentra "bajo la agresión de elementos irregulares de filiación ultraizquierdista", con lo cual salió del paso de los sectores que, desde dentro del Gobierno y fuera de él, se empeñaron inicialmente en disimular una filiación que resultaba innegable desde el primer instante.
Del discurso presidencial se desprenden algunas consecuencias vinculadas con el acontecimiento del pasado reciente de los argentinos cuyos ecos no están extinguidos. "Hemos podido repeler este acto subversivo dijo el Presidente porque hubo hombres en disposición y con la decisión de pelear". Esta expresión podría aplicarse, también, a la lucha que las Fuerzas Armadas sostuvieron con anterioridad a la restauración del régimen constitucional y el mismo reconocimiento formulado anteayer por el primer mandatario lo merecen por aquellos hechos del pasado cercano. Porque si es verdad que en aquella lucha hubo excesos y que los responsables debieron ser juzgados y condenados posición que siempre hemos compartido desde esta columna editorial no es menos cierto que esos excesos no pueden llevar a ignorar ni los méritos de la defensa contra la subversión ni la existencia de una guerra que no fue declarada ni iniciada por las Fuerzas Armadas.
Cuando el Presidente dijo con referencia a los sucesos de La Tablada "...hubo argentinos que murieron para que otros argentinos pudiésemos mantener nuestra libertad, preservar nuestro estilo de vida, nuestra convivencia..." bien puede extenderse ese agradecimiento a los hombres de las Fuerzas Armadas y de seguridad que en los años anteriores al 10 de diciembre de 1983 murieron, igualmente, detrás del mismo objetivo.
El Presidente se refirió, más adelante, al "legítimo orgullo de ver a los hombres del Ejército que nuevamente han dado prueba fehaciente de su valentía, de su decisión de defender nuestra independencia y de resguardar, por consiguiente, la soberanía popular". Hay, asimismo, en este párrafo, una palabra clave: "nuevamente". Quiere decir que se acepta que el lunes último y anteayer los hombres del Ejército y de las fuerzas de seguridad hicieron lo que ya tuvieron que hacer años atrás. Es justo, entonces, que el "legítimo orgullo" de que habla el Presidente, sea válido, también, para las acciones de aquel entonces y no sólo para las de estos días.
Ayer, en La Nación en la página en la cual se transcribe íntegro el mensaje presidencial, se publica una foto que muestra al Presidente de la República recorriendo las instalaciones del Regimiento 3 Infantería Blindado General Belgrano. Lo rodean, armados, con ropas de combate, en actitud vigilante, efectivos del Ejército, a modo de muralla humana para protegerlo de eventuales nuevos disparos como los efectuados poco antes por un francotirador. El simbolismo salta a la vista: el Presidente encarna la soberanía legítima de orden constitucional y el Ejército es el brazo armado de la República que lo protege. Así debe ser siempre y cuando las Fuerzas Armadas y de seguridad entregaban sus vidas en la guerra cruel desatada por la subversión estaban haciendo posible esta realidad de hoy.
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Revista Gente Nº 1227 del 26 de enero de 1989
Reconocimiento
Hoy al mediodía fui a la Tablada. Quienes estuvimos allí, asistimos a un espectáculo estremecedor. Era una pesadilla. La muerte. Otra vez la muerte. La brutalidad, la barbarie.
A cada metro encontramos expresiones tangibles de la dimensión de la agresión que había sufrido no sólo un regimiento, sino el conjunto de los argentinos. También a cada momento, recogíamos las evidencias del coraje de quienes hoy merecen el reconocimiento de la Patria. Hemos podido repeler este acto subversivo porque hubo hombres en disposición y con la decisión de pelear. Quiero decirles a ellos que ésta también es mi pelea. Aquí nadie se hará el distraído mientras otros arriesgan sus vidas. Esta es mi pelea y la conduciré hasta el final
Todos sentimos un gran dolor y pesar al honrar a quienes dieron sus vidas por la tranquilidad de todos. Sentimos estupor e indignación frente a la sanguinaria y cruel acción de esos personeros de la muerte.
Pero al mismo tiempo experimentamos el legítimo orgullo de ver a los hombres del Ejército que nuevamente han dado prueba fehaciente de su valentía, de su inquebrantable decisión de defender nuestra independencia y de resguardar, por consiguiente, la soberanía popular.
Como Presidente de la Nación y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas felicito a todos los hombres del Ejército que han actuado con decisión y coraje para contener la acción de los delincuentes.
Mi reconocimiento también a las fuerzas de seguridad, particularmente a la policía de la provincia de Buenos Aires. Y mi solidaridad, que es la de todos los argentinos, con las familias de los caídos.
(Párrafos del discurso del presidente Raúl Alfonsín, el martes 24 de enero a las 22,55 hs.)
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Revista Gente Nº 1227 del 26 de enero de 1989, Pág. 33
Otra vez el ERP
Una historia de violencia y muerte
Antes del ERP fue el FRIP. En 1963, los hermanos Francisco René y Mario Roberto Santucho, santiagueños, fundaron el Frente Indoameticano Revolucionario Popular, que daría origen, dos años después, al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), que se autodefinió como marxista, adherido a la IV internacional trotskista. El 25 de mayo de 1966 a casi un mes del golpe de Estado que derrocaría a Arturo Illia el PRT celebró su primer congreso. Una fracción de ese partido se apartaría de él en 1968 para unirse al Partido Socialista Argentino que lideraba por entonces Juan Carlos Coral y para formar, en 1972, el PST, el Partido Socialista de los Trabajadores. Lo que queda del PRT celebra en 1970 el quinto congreso partidario: es en ese congreso donde se decide constituir el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), desde ese momento, "brazo armado del PST".
¿Por qué un ejército revolucionario? Porque los ideólogos del PST consideraban imposible que "el proletariado conquiste el poder político, sin construir previamente, y mediante la lucha armada, el partido revolucionario formado por su vanguardia, que lo dirigirá contra el Estado burgués y su ejército". Los dirigentes iluminados del PST afirmaban que "Tan sólo un partido marxista leninista podrá acaudillar y dirigir a la clase obrera en una auténtica lucha por la liberación nacional y social". En ese marco, empezaron a partir de los primeros años de la década del '70, su sangriento accionar. Hasta la asunción en mayo de 1973 del gobierno constitucional elegido el 11 de marzo de ese año, el ERP atacó las comisarías 20 y 24 de Rosario; secuestró al cónsul británico y gerente de Swift de esa misma ciudad, Stanley Silvester; protagonizó una sangrienta fuga de reclusos del penal de Villa Urquiza, en Tucumán, donde fueron asesinados varios guardiacárceles; asaltó el Banco Nacional de Desarrollo en Buenos Aires; raptó y asesinó a Oberdam Sallustro, director general de Fiat Concord y encaró el 16 de agosto de 1972 (en un operativo conjunto de ERP, FAR), una fuga de detenidos del penal de Rawson.
Entre los subversivos del ERP que fugaron, primero a Chile y luego a Cuba, en esa ocasión, figuraban los fundadores e ideólogos de la organización terrorista: Mario Roberto Santucho, Enrique Gorriarán Merlo, Domingo Mena, Víctor Fernández Palmeiro y Alejandro Ferreira Beltrán. El 18 de febrero de 1973, un mes antes de las elecciones de ese año, el ERP atacó y copó la guardia del Comando de Comunicaciones 141 de la IV Brigada de Infantería Aerotransportada de Córdoba: hirió a un oficial y a dos soldados y huyó con armas y municiones.
El 6 de setiembre de 1973, ya instalado el gobierno constitucional del peronismo (1973/1976) el ERP copó el Comando de Sanidad, en Capital Federal. La unidad fue entregada por el entonces soldado dragoneante Hernán lnvernizzi. Rodeados por la policía y el Ejército, dieron muerte al 2º jefe del Regimiento 1 de Infantería Patricios, teniente coronel Raúl Duarte Ardoy, antes de entregarse. El 20 de enero de 1974 el ERP atacó el regimiento 10 de Tiradores Blindados "Húsares de Pueyrredón" en Azul. Degollaron al conscripto Daniel Osvaldo González y asesinaron al jefe de la unidad, coronel Camilo Arturo Gay y a su mujer, Hilda Irma Cassaux. El teniente coronel Jorge Roberto Ibarzábal fue tomado como rehén: sería asesinado tras 10 meses de cautiverio. El 11 de agosto de 1974 el ERP atacó la fábrica de pólvora y explosivos de Villa María. Allí fue secuestrado el mayor Argentino del Valle Larrabure, que sería hallado torturado y muerto más de un año después de su secuestro.
Para entonces, el ERP enfrentaba abiertamente al Ejército en los montes tucumanos. Tenía establecida allí a la Compañía Ramón Rosa Jiménez, cuyos primeros integrantes se establecieron en los primeros meses de 1974. La estrategia de la guerrilla rural era lograr "en determinado lapso la existencia de bases de apoyo y posteriormente de zonas liberadas" para pedir y obtener el reconocimiento de "un territorio independiente" por parte de las Naciones Unidas. Así se explicaba en el órgano oficial de prensa de la organización subversiva El Combatiente. El Operativo Independencia encarado por el Ejército, y ordenado por el gobierno constitucional de entonces, impidió que se cumpliera la conjura terrorista. En diciembre de 1975, el ERP y Montoneros intentaron copar el Batallón Depósito de Arsenales Domingo Viejobueno, de Monte Chingolo. Cayeron en una trampa tendida por el Ejército y fueron diezmados. Tras dos escisiones (una fracción roja trotskista se separó en 1972 y una peronista, 22 de agosto, lo hizo en 1973); tras la eliminación de sus máximos jefes a los que sólo sobrevivió Enrique Gorriarán Merlo (Mario Roberto Santucho fue abatido por el Ejército el 19 de julio de 1976 en Villa Martelli y, junto a él murieron José Benito Urteaga y Domingo Mena) el ERP se consideraba extinguido, sin capacidad operatoria.
A 13 años de su accionar delictivo, parece haber reaparecido haciendo gala de la locura criminal que ensangrentó a la Argentina por más de una década.
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Clarín 29 de enero de 1989
ANTE OTRO PAÍS
Por Joaquín Morales Solá
La ceguera política de los insurgentes, las características mismas del episodio, plantean todavía interrogantes que los investigadores no pueden responder. Pero, entre todo eso, sobresale la más tenaz y cruel de las preguntas ¿ha sido sólo un hecho loco y aislado o ha sido, en cambio, el principio de una ola de violencia cuya dialéctica le dará una dinámica propia a la política?
Con un ejército nuevamente lacerado por muertos y heridos, la administración y los políticos en general debieron replantear rápidamente su relación con los militares. Ya no es el pasado lo que signa esa convivencia sino el duelo del presente y el estado de necesidad del que advierte un futuro incierto.
Una operación supuestamente rápida y no frontal no necesitaba complicar a dos jefe del nivel de Gorriarán Merlo y Jorge Baños. Si bien la presencia de Gorriarán Merlo es confusa aún, el cadáver de Baños con las armas en las manos elude toda polémica.
Es un caso sorprendente. Baños había logrado perfilar cierta imagen como abogado defensor de derechos humanos y se había abierto paso en publicaciones de centro izquierda o de izquierda como articulista. ¿Por qué mandar al sacrificio a un hombre de esa importancia?
Recurren al ejemplo de los montoneros, cuando el propio Firmenich debió protagonizar el secuestro y el posterior asesinato del ex presidenle Aramburu.
Una certeza no es cuestionada por nadie: Gorriarán Merlo fue jefe supremo de esta irrupción guerrillera con el nombre de guerra de Richard o Ricardo, seudónimo el primero que aparece a la cabeza del organigrama de la célula hallado entre las ropas de un sedicioso.
La presencia de Gorriarán Merlo ha desdoblado la investigación. Hombre de extrema confianza del ministro del Interior de Nicaragua y dirigente fuerte del régimen sandinista, Tomás Borge, Gorriarán fue entrenador del sector del ejército nicaragüense que responde directamente a Borge.
Estupor tras estupor
Ese lunes de lágrimas deparó dos sorpresas al presidente Alfonsín. Una de ellas fue que su gobierno se encontró jaqueado por la subversión de izquierda; en verdad, la administración demoró muchas horas en convencerse a sí misma que estaba ante un rebrote del extremismo que asoló la década pasada.
Para las concepciones políticas del Presidente era imposible que el terrorismo se solazara con un gobierno de origen democrático. ¿No había visitado él personalmente a Fidel Castro para reclamarle que frenara el extremismo chileno porque éste le hacía daño al proceso de democratización en el país de Pinochet?
..... Sin mirar el detallismo legal, creó por sí solo el Consejo de Seguridad que, por primera vez en cinco años, reúne en un ámbito común a dirigentes civiles y a la cúpula militar.
Ya no había dos Ejércitos como él había dicho apenas días antes. La reaparición del viejo enemigo abroqueló a los hombres uniformados y quita todo margen a los arabescos internos de unos y otros. La situación en el Ejército ha entrado en un statu quo que no puede modificarse hasta donde llega la mirada.
Expresiones oficiales que trabajaron estos días con jefes uniformados dicen que han advertido un cambio ostensible en ellos: Han encontrado una razón de ser, una mística nuevamente, aseguran. Señalan, inclusive, que hubo oficiales rebeldes que abandonaron su prisión domiciliaria para combatir en La Tablada y luego retornar a la anterior condición.
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La Prensa 5 de febrero de 1989
Después de la batalla
Por Horacio Mayorga
Domingo de reflexión
El domingo 29 de enero, día que debió ser de luto nacional para todos los argentinos, según lo pidió el gobierno, fue también una magnífica oportunidad para reflexionar sobre los hechos que han lastimado al país más allá de toda ideología.
Fue un horror, pero un horror del que se había advertido al gobierno que podría ocurrir. La respuesta fue siempre la misma: la democracia hacía imposible la vuelta de la guerrilla, estos anuncios eran cosas de militares para influir en la búsqueda del poder perdido.
Las FF.AA. fueron denostadas, perseguidas, injuriadas durante cinco años desde el gobierno y desde la mayor parte de los medios de comunicación, infiltrados por la izquierda.
Los militares y la SIDE
Dentro de esa política un hecho que tuvo fundamental importancia: la exclusión de casi la totalidad de los militares, retirados o no, que revistaban con enorme antigüedad y experiencia en la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Fueron reemplazados por los muchachitos del partido y de la Coordinadora a quienes se envió por pocos meses al extranjero para capacitarlos en la tarea. Para extirpar todo lo militar del ambiente gubernamental se prohibió la participación de los servicios de inteligencia de las FF.AA. en el estudio de la situación interna del país. Ese aspecto lo cubriría solamente la SIDE.
¿Cuál fue el resultado? La sorpresa de La Tablada. El horror. La SIDE no supo nada, no podía haberlo manejado tampoco, pese a que no le faltaron avisos e indicios de sucesos anormales, operaciones de ensayo, presencia nueva de guerrilleros viejos así ocurrió lo que no podía ocurrir. Daba pena ver a políticos y en especial al vocero presidencial recurrir a eufemismos y divagaciones tristes para no llamar a los guerrilleros lo que eran: guerrilleros
Allí estaba
Baños, hasta hace poco perteneciente al CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), camarada de ruta de Zamora, Mignone, Parrilli, Meijide y de otros que ayudaron a condenar a las FF.AA. como "genocidas", aliados a las Madres de Plaza de Mayo, cuyos hijos en muchos casos también sembraron el terror. Baños y otros como él colaboraron con la CONADEP del preclaro Sabato, ayudados por el gobierno para lo que fue realmente una "caza de brujas" para la familia militar. Lloraban a los desaparecidos que luego aparecieron cuando el terremoto de México, pero no por Larrabure o Viola o Quijada o el juez Quiroga o peor aún por los cientos de conscriptos o agentes de policía muertos.El Presidente y los "carapintadas"
Las revistas mostraron fotos impresionantes. En mi reflexión me detuve en una: la del Presidente rodeado, protegido, amparado por los "carapintadas" a quienes hubo que recurrir para tomar el cuartel. ¿ Dónde quedaron los epítetos contra ellos de pocos días atrás?
Dentro del ambiente político surgió entonces otra verdad a medias: "Hoy se ha reprimido dentro de la ley, mostrando que eso es posible ". Hoy se pudo hacer porque La Tablada no fue una guerra sino un combate. Hoy el Dr. Alfonsín está sentado donde está porque hubo muchas Tabladas, muchos muertos, muchos Fernández Cutiellos y conscriptos y suboficiales y policías que dieron su vida en pos de la victoria final.
Se asustaron los jueces y el Congreso y la población toda. Sabían lo que pasaba y cómo pasaba, pero nadie quería otra cosa que la victoria sobre el terrorismo a todo trance y de cualquier forma. Si vuelve esa guerra se volverán a asustar y rogarán que aparezcan unos pocos que arriesguen su vida para que otro Alfonsín pueda iniciar otro gobierno democrático pero restablecida la calma la suerte de los militares será incierta, como lo fue ayer.
Dos posturas del Presidente me mueven a una respetuosa pero vehemente crítica. La primera, cuando a la vista de los muertos en La Tablada dijo: No olvidaré jamás lo que vi. Me alegro que se sienta así hoy, porque parecía que hasta ayer no hubiera reparado en lo que debe haber experimentado el almirante Lambruschini al rescatar de entre los escombros los restos deshechos de su hija Paula. Ella pagó por la democracia, por los Alfonsines, por los Caputos, por los Manzanos y tantos otros.
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Revista Gente Nº 1229 del 29 de febrero de 1989
Carta abierta a un padre que sufre
Ángel Horacio Luque, en la edición anterior de Gente, dijo: "No quiero
flores para mis hijos.
Que vayan para los soldados y policías, ellos se las merecen
"
Muy estimado señor Luque:
He leído y releído sus valientes declaraciones periodísticas acerca de las actividades de sus hijos abatidos en el copamiento de La Tablada recientemente.
Quiero expresarle mi admiración por su madurez y su coraje, y por no tenerle miedo a la realidad. Asumir esa dolorosa certidumbre exige una alta dosis de hombría y Ud. ha demostrado tenerla.
También quiero disculparme ante Ud. y pedirle perdón, porque no siempre las actividades de un sacerdote están en consonancia con la misión recibida del Buen Pastor. Ese sacerdote cuya presencia en el movimiento donde militaban sus hijos le inspiraba confianza y tranquilidad, había sido privado de toda licencia sacerdotal por nuestro obispo en esta diócesis en 1987. Por entonces, con ocasión de una vista que este señor hiciera a Campana con fines políticos bajo cobertura de compromiso religioso, quedó manifiesta su ya conocida militancia y su desprecio por la Iglesia jerárquica. Cuando reapareció en Zárate, un tiempo después, lo hizo contraviniendo al obispo y a sus propios superiores religiosos, actitud totalmente esperable. Por todo ello le reitero mis disculpas.
Y también quiero hacerle saber que comparto su perplejidad y su dolor. El sacerdote es padre de todos: los tranquilos y los traviesos, los mansos y los violentos. Y porque Dios es Padre providente y misericordioso, y no niega su gracia a los que vuelven a Él, no sabemos si en los últimos instantes sus hijos no hayan podido arrepentirse. Por ello no podemos dejar de rezar por todos los muertos, inclusive por los terroristas muertos, no para imitar sus conductas, sino para implorar por su purificación si murieron arrepentidos. La esperanza de la eterna salvación, la Iglesia no la niega a nadie, ni a los grandes criminales, ni a los suicidas, ni al mismo Judas. El último momento es de Dios.
Reciba un fuerte abrazo de este sacerdote, y le prometo a mi regreso visitarlo y estrecharle la mano. Participe mis respetos a su familia y no deje de encomendarse y de encomendar a los suyos, los vivos y los muertos, a la Misericordia Divina. Los héroes de La Tablada: militares y policías, muertos e inválidos, heridos y sobrevivientes merecen todo nuestro reconocimiento, pero no deje de rezar por sus hijos como yo lo hago, y no vacile en llevarles un día una flor. Que esta cuota de dolor nos haga a todos más humanos y sinceros, y nos permita sin odios construir una patria donde cada uno considere a su prójimo con un corazón de hermano.
Lo bendice:
Néstor Daniel Villa
Obispado de Zárate-Campana
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Llamado del jefe de inteligencia del Ejército de los EE.UU
Texto del mensaje militar conjunto enviado por el agregado militar a la embajada argentina en Washington (EE.UU.) al Estado Mayor General del Ejército Argentino, el 27 de enero de 1989, con motivo de los sucesos ocurridos en el cuartel del RI Mec.3 en La Tablada
1. Del Pentágono
Llamado del jefe de inteligencia del Ejército de los EE.UU. (Tte. Grl. Weinstein) solidarizándose con la actitud del Ejército Argentino y transmitiendo palabras de elogio de parte del JEMGE estadounidense (Grl. Vuono) para el personal superior del Ejército Argentino.
2. De la Junta Interamericana de Defensa (JID)
Durante la sesión del Consejo de Delegados del 26 de enero de 1989 el jefe de la delegación de El Salvador, Cnl. Ricardo Camizález hizo una moción para rendir un homenaje al Ejército Argentino por la "valiente y decidida" actitud asumida para derrotar al grupo terrorista que había copado el RI Mec. 3 de La Tablada.
La moción fue aprobada por la mayoría, absteniéndose México y Venezuela por razones de política propia.
3. Del presidente de la JID
Llamó al agregado militar argentino en Washington y le expresó que se sentía "alegre y reconfortado" por lo que había demostrado el Ejército Argentino en capacidad y reacción ante los hechos ya señalados. Expresó además que "Estoy orgulloso, como soldado, de tener militares de la calidad del Ejército Argentino".
4. Otras consideraciones
En la reunión organizada por el Pentágono para presentar las actividades de la Guardia Nacional el 26 de enero de 1989 a los agregados militares acreditados, la mayor parte de ellos expresaron:
Solidaridad con el Ejército Argentino y pesar por las víctimas producidas.
Sorpresa por la violenta explosión subversiva, ya que cre ían que la misma ya no existía en la Argentina.
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El Times en juicio a la subversión
A modo de epílogo de lo que fue y produjo la subversión terrorista en la República Argentina, especialmente en la década del '70, transcribimos a continuación el juicio que sobre dichas organizaciones emitió el diario The Times en Londres en diciembre de 1977 y que fuera publicado por La Nación a fines de dicho año.
El siguiente comentario ha sido efectuado por este periódico, el más antiguo del mundo, el cual acredita lo siguiente:
"...Se ha olvidado en el extranjero que cuando los militares argentinos lanzaron su campaña contra el terrorismo, en marzo de 1976, la sociedad y el Estado estaban al borde del colapso, que el terrorismo comenzó al final de los años 61 y había alcanzado proporciones que hacen los secuestros en Alemania Occidental y los disparos a las piernas de Italia como juegos de niños contra la sociedad.
En parte porque tuvo muchos otros problemas, la Argentina fue lenta para responder decisivamente al terrorismo, aún después de varios secuestros y asesinatos tan renombrados como el del señor Schlever. Los del ex presidente general Pedro Aramburu, por los Montoneros en 1970, y el señor Oberdan Sallustro, el jefe de FIAT en la Argentina, por parte del trotskista ERP en 1972, son sólo ejemplos.
Cuando la respuesta vino, mucha sangre se había derramado como para esperar demasiada cautela en la misma.
Los terroristas italianos y germano occidentales no pueden ser comparados con la fuerza y la ferocidad de los dos grupos argentinos, ambos actualmente casi aniquilados...
Los terroristas de la Argentina agrega Times casi controlaron el corazón de una provincia montañosa, asaltaron cuarteles militares y una capital provincial armas en mano, y virtualmente tomaron, a veces, distritos enteros de ciudades.
Ellos "ejecutaron" a 14 oficiales del Ejército en las calles durante 1974 mientras un gobierno elegido democráticamente estaba en el poder, secuestraron a centenares de hombres de negocios, balearon a muchos líderes sindicales y sacerdotes opuestos a su acción, y durante seis años estuvieron colocando bombas en cafés, hoteles, supermercados, diarios, fábricas, exposiciones, instalaciones militares, elevadores de granos, aeropuertos, casas de familia y estaciones de policía.
Esto contribuye a explicar la falta de preocupación pública local por los 7000 u 8000 terroristas muertos o capturados por los militares, los otros miles de horribles "desapariciones", las torturas y las ejecuciones sumarias.
Los guerrilleros ayudaron a hacer de todo esto una rutina aquí, y una sociedad cansada, frustrada, corrompida por tamaña violencia, no es capaz, probablemente, de otra clase de respuesta.
El gobierno militar argentino argumenta que el terrorismo ataca los derechos humanos, y que los gobiernos que restauran el orden están fundamentalmente protegiéndolos.
Cuando Amnesty International publicó su informe de 92 páginas sobre la represión en la Argentina, un editor de un diario inglés de aquí comentó:
si ellos hicieran un informe sobre las atrocidades terroristas, probablemente sería mucho más voluminoso.
Pero Amnesty dedicó seis líneas a los seis años de atrocidades guerrilleras, describiéndolas como "actos de violencia o bien como "incursiones temerarias".
Los propagandistas de los terroristas han presentado ese informe como si fuese la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad sobre la situación argentina".
La Nación, 2 de diciembre 1977
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